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ToggleLas cataratas son una enfermedad de la vista que va opacando el cristalino dificultando la visión y puede llegar al punto de ocasionar ceguera. Sin embargo, con una operación de cataratas este padecimiento puede revertirse. Si tienes cataratas en los ojos y estás considerando la cirugía como tratamiento para cataratas en esta publicación resolvemos tus dudas.
¿Cómo se realiza la cirugía de cataratas en los ojos?
La duda más frecuente de pacientes que tienen cataratas y consideran la cirugía por recomendación médica, es ¿cómo es en qué consiste y cómo se realiza una operación de cataratas? ¡Veamos las respuestas punto por punto!
¿Qué es una operación de cataratas?
Es un procedimiento quirúrgico ambulatorio en el cual el médico remueve el cristalino del ojo del paciente, con el propósito de reemplazarlo por un lente intraocular.
¿Qué esperar durante la operación de cataratas?
El día de tu cirugía, el equipo médico te recibirá y te ayudará a prepararte para el procedimiento. No tienes que preocuparte: la operación se realiza con anestesia local (te echarán unas gotas en los ojos), por lo que no sentirás dolor, y además te aplicarán un sedante suave para que estés tranquilo y relajado.
En la mayoría de los casos no se usa anestesia general, así que permanecerás despierto, aunque sin molestias.
Cuando la anestesia haga efecto, el oftalmólogo realizará una pequeña incisión en tu ojo para retirar el cristalino que ha perdido transparencia. Luego colocará el nuevo lente intraocular, que reemplazará al anterior y te permitirá volver a ver con claridad, tras la recuperación.
Por lo general, no es necesario colocar puntos de sutura, ya que las técnicas más modernas permiten que la incisión se cierre sola. Si el especialista considera necesario hacer suturas, lo hará para asegurar una mejor recuperación, aunque tendrás que volver después para que pueda retirarlas.
Cuando la operación termine, tu oftalmólogo colocará un parche en tu ojo para protegerlo y deberás mantenerlo hasta tu próxima cita. Luego, podrás descansar alrededor de media hora en un espacio controlado y estarás preparado para volver a casa. Es preferible que vengas acompañado.

¿Qué método usará el oftalmólogo para retirar la catarata?
Existen tres métodos principales para operar una catarata. Cada uno tiene sus propias características, y el especialista elegirá el más adecuado según tu caso.
El procedimiento más común se llama facoemulsificación. En él, el oftalmólogo realiza una pequeña incisión y utiliza ondas sonoras (ultrasonido) para desintegrar la catarata. Luego, los fragmentos se succionan suavemente hasta limpiar por completo el área.
Otro método es la cirugía láser de cataratas, muy parecida a la anterior, pero en lugar de un bisturí se usa un láser de alta precisión para hacer las incisiones y fragmentar el cristalino opaco. Es una técnica moderna, con una recuperación más rápida, aunque no todos los pacientes pueden optar por ella.
Finalmente, existe la extracción extracapsular, un método más tradicional que se utiliza en casos específicos. En este procedimiento, la catarata se retira de una sola pieza, por lo que se requiere una incisión un poco más grande.
Tu oftalmólogo te explicará cuál de estos métodos es mejor para ti, según el tipo y grado de tu catarata, así como la salud general de tus ojos.
¿Cómo sabe el oftalmólogo que método quirúrgico es mejor para ti?
Simple. Antes de la cirugía se te realizará algunos exámenes, por ejemplo, una ecografía. Esta le permitirá saber el tamaño y tipo de lente intraocular que te colocará. Si el lente es pequeño la incisión también lo será, por lo que requerirás alguno de los dos métodos inicialmente mencionados.
Además, para reducir los riesgos de la intervención, tu médico también puede realizar procedimientos como medir tu presión ocular, una topografía de coherencia óptica para evaluar córnea y retina, revisar tus antecedentes médicos e historia clínica, además de recomendarte pausar la toma de ciertos medicamentos, entre otros.
¿Qué puede salir mal en una cirugía de cataratas en la vista?
La cirugía de cataratas es un procedimiento muy seguro y con un alto índice de éxito. Sin embargo, como en toda operación, pueden presentarse algunas complicaciones poco frecuentes. Lo importante es saber reconocer los signos de alerta y acudir al médico si aparecen.
Algunos problemas que podrían presentarse son:
- Inflamación persistente: una leve inflamación es normal durante los primeros días, pero si no mejora según lo indicado por el médico, conviene revisar. En algunos casos podría tratarse de un edema corneal, que requiere tratamiento oportuno.
- Aumento de la presión ocular: puede generar molestias o visión borrosa; el especialista puede controlarlo con medicación.
- Infección: es poco común, ya que se suelen recetar gotas antibióticas antes y después de la cirugía.
- Desprendimiento de retina: ocurre raramente y suele afectar solo a personas con factores de riesgo previos.
- Desplazamiento del lente intraocular: en casos excepcionales, el lente puede moverse de su posición y requerir una corrección quirúrgica adicional.
Durante tu recuperación, presta atención a cualquier cambio en tu vista o en cómo te sientes. Acude de inmediato a tu oftalmólogo si notas:
- Dolor que no mejora con la medicación.
- Cambios en la visión (destellos, sombras, “mosquitas volantes” o visión borrosa).
- Sensibilidad extrema a la luz.
- Náuseas, vómitos o desorientación que duren más de un día.
Además puedes presentar, opacidad en la visión semanas después de la cirugía. Esto puede deberse a una ligera opacidad de la membrana que sostiene el lente intraocular, un problema que se soluciona fácilmente con un procedimiento rápido y sin dolor llamado capsulotomía con láser YAG.
Como puedes notar, la cirugía de cataratas no es un procedimiento complicado y, en la mayoría de los casos, no presenta complicaciones.
La recuperación suele ser rápida y progresiva: la mayoría de los pacientes notan una mejora visual significativa en los primeros días y alcanza una recuperación completa en unas dos semanas.
Durante este periodo tendrás citas de control con tu oftalmólogo, generalmente la primera se realiza a los dos o tres días de la cirugía, para evaluar cómo va tu recuperación y hacer los ajustes necesarios en el tratamiento.