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Toggle¿Sabías que es importante elegir bien el tipo de luz que se usa en casa o en el trabajo, para cuidar la vista? De hecho, es tan necesario que incluso se incluye esta información en manuales de salud y seguridad en el trabajo. Con la elección del tipo de luz adecuada, se pueden prevenir enfermedades como el ojo seco, entre muchas otras.
¿Cómo afecta la iluminación a la salud visual?
Cuidar tus ojos parte de una buena elección de la iluminación. Estos se esfuerzan más de la cuenta cuando no hay buena luz. Si estás en un ambiente oscuro y necesitas leer, escribir o mirar una pantalla, tu vista tiene que “trabajar extra” para ayudarte a enfocar bien. Eso, con el tiempo, puede hacer que termines con ardor, picazón o esa sensación de cansancio que a veces no sabemos de dónde viene.
Pero tampoco se trata de tener muchísima luz. Cuando la luz es muy fuerte o viene directo a los ojos —como cuando miras el celular con la luz apagada o estás frente a una ventana sin cortina—, también puede incomodar. A veces da dolor de cabeza, lagrimeo o simplemente fastidia tener los ojos abiertos por mucho rato.
Y si vas de un ambiente oscuro a uno muy iluminado (o al revés), tus ojos tienen que adaptarse rápido. Hacer eso varias veces al día también cansa la vista, aunque no te des cuenta en el momento.
Si te fijas, todas estas molestias tienen algo en común: están relacionadas con una mala iluminación. Por eso, organizar bien la luz en tus espacios puede ayudarte a evitarlas y a cuidar mejor tu salud visual.
Consecuencias de una mala iluminación en tu salud ocular
Entonces ¿cuáles son las principales consecuencias de no tener la iluminación adecuada? ¡Te las enumeramos!
- Cansancio visual: Es una de las molestias más comunes, y las principales señales son ardor, pesadez en los párpados, visión borrosa momentánea o sensación de que los ojos están “cargados”.
- Dolores de cabeza: Especialmente si estás expuesto a una luz muy intensa, directa o mal ubicada. También pueden aparecer cuando forzamos la vista constantemente por falta de iluminación.
- Ojo seco: Se ocasiona por parpadear menos, algo que sucede cuando estamos muy concentrados frente a una pantalla y el entorno tiene poca luz o el brillo del dispositivo está mal ajustado.
- Dificultad para enfocar: La falta de luz adecuada puede hacer que te cueste distinguir bien los detalles, sobre todo al leer letras pequeñas o mirar de cerca.
- Visión borrosa o menos clara: Si trabajas por mucho tiempo en ambientes mal iluminados, podrías notar que los colores pierden viveza o que los objetos se ven difusos.
Además de esto, la mala iluminación podría agravar condiciones oculares específicas, sobre todo en personas que ya presentan algún problema visual o pasan muchas horas frente a pantallas.
Por ejemplo, si alguien tiene dificultad para ver de lejos —como en el caso de la miopía—, forzar la vista en ambientes con poca luz puede hacer que esa dificultad se note más, y en el caso de niños o jóvenes, podría contribuir a que el problema avance más rápido.
Además, en personas mayores o con enfermedades en la retina, como la degeneración macular, una exposición frecuente a luces muy brillantes, directas o mal reguladas puede aumentar el malestar visual y hacer más difícil realizar actividades cotidianas como leer o mirar televisión.
¿Qué color de luz es más saludable para los ojos?
Para cuidar tus ojos no sólo debes considerar el color de la luz, sino también la intensidad y la fuente de luz según la actividad que realices.
En general, se recomienda la luz cálida para ambientes donde se invite a descansar. Ya que no es el tipo de luz más recomendada para realizar trabajos donde se requiera atención visual.
Por otro lado, la luz fría (blanca) es perfecta para áreas de trabajo y estudio. Sin embargo, es importante regular la intensidad para evitar problemas como poca visión o el deslumbramiento antes mencionado.
Aquí te dejamos algunos consejos para cuidar la vista con la elección adecuada de la luz.
- Elige la luz según lo que vayas a hacer. Si vas a descansar, como ver una película o conversar en casa, la luz cálida es mejor porque relaja. Pero si vas a leer, coser o trabajar, conviene una luz blanca o fría que te ayude a mantenerte concentrado.
- Evita luces que te den directo a los ojos. Las luces mal ubicadas pueden deslumbrarte y hacerte forzar la vista. Intenta que la luz venga desde arriba o desde el costado, nunca de frente.
- No uses una sola lámpara si estás en un cuarto oscuro. Es mejor combinar una luz general suave con una luz puntual para lo que estés haciendo (como una lámpara de escritorio o de lectura).
- Aprovecha la luz del día, pero con cuidado. Si trabajas cerca de una ventana, evita que el sol te dé de frente o genere reflejos en la pantalla o el libro. Usa cortinas si es necesario.
- Si pasas muchas horas frente a pantallas, no te olvides de parpadear seguido y tomar pausas. La luz artificial y el brillo del monitor pueden resecar los ojos sin que lo notes.
Además de estas recomendaciones para cuidar la vista también te recomendamos que agendes un chequeo oftalmológico integral al menos una vez al año. Esta es una medida preventiva clave, no solo para detectar posibles enfermedades visuales a tiempo, sino también para evaluar cómo están reaccionando tus ojos a las condiciones de iluminación y a los hábitos que mantienes día a día.
Un examen completo de la vista puede revelar si necesitas lentes, si estás forzando la vista sin darte cuenta o si es necesario hacer algún ajuste en tu entorno de trabajo o estudio. Recuerda que cuidar la luz es parte del cuidado visual, pero nada reemplaza la revisión profesional. ¡Agenda una cita ahora con nuestro equipo de oftalmólogos en Lima!