Trabeculectomía

La trabeculectomía es una cirugía que se realiza en el ojo para crear una vía de drenaje alterna que permita el flujo de líquido (humor acuoso) desde el interior del ojo hacia fuera. Esto ayuda a reducir la presión ocular, que es el principal factor de riesgo del glaucoma. La intervención se realiza bajo anestesia local y es un procedimiento ambulatorio, lo que significa que no requiere hospitalización prolongada.

Este procedimiento se recomienda a pacientes con glaucoma que no han respondido adecuadamente a otros tratamientos como el uso de colirios o terapias con láser. Si bien es una cirugía segura, es crucial que nuestro especialista en glaucoma evalúe cuidadosamente cada caso para determinar si la trabeculectomía es la mejor opción. Generalmente, los candidatos ideales son personas con glaucoma avanzado o con presión ocular difícil de controlar mediante métodos convencionales.

Antes de someterse a una trabeculectomía, nuestro especialista te dará instrucciones claras sobre cómo prepararte para el procedimiento. Esto puede incluir dejar de usar ciertos medicamentos o colirios y realizarse algunos estudios previos, como pruebas de presión ocular y exámenes de campo visual. Es fundamental seguir todas las recomendaciones médicas para asegurar el éxito de la cirugía.

Durante la trabeculectomía, el cirujano oftalmológico realiza una pequeña incisión en la esclerótica (la parte blanca del ojo) para crear un canal por donde pueda drenar el humor acuoso. Esto reduce la presión dentro del ojo, protegiendo así el nervio óptico y previniendo daños adicionales. El procedimiento suele durar entre 30 y 60 minutos, y generalmente no se siente dolor, gracias a la anestesia local.

La recuperación tras una trabeculectomía puede variar de una persona a otra, pero en la mayoría de los casos, el paciente puede volver a su rutina diaria en unas pocas semanas. Durante el periodo de recuperación, es importante evitar actividades que puedan incrementar la presión ocular, como levantar objetos pesados o realizar ejercicio intenso. También se deben usar colirios y medicamentos prescritos por nuestro médico especialista en glaucoma para reducir el riesgo de infección o inflamación.

Aunque es un procedimiento seguro, como toda cirugía, la trabeculectomía puede presentar complicaciones. Entre las más comunes se encuentran infecciones, visión borrosa, o la formación de cicatrices que obstruyan el drenaje del líquido ocular. En algunos casos, puede ser necesario un segundo procedimiento para mejorar los resultados. Es fundamental acudir a todas las citas postoperatorias y seguir las indicaciones de nuestro especialista para minimizar los riesgos.

La mayoría de los pacientes experimentan una reducción significativa de la presión ocular después de una trabeculectomía exitosa. No obstante, es crucial mantener un seguimiento regular con el oftalmólogo para monitorear la presión intraocular y la salud del nervio óptico. Aunque la cirugía puede ralentizar o detener el progreso del glaucoma, no puede revertir el daño ya causado, por lo que la detección temprana es esencial. En nuestra clínica oftalmológica, contamos con especialistas altamente cualificados en el tratamiento del glaucoma mediante trabeculectomía. Utilizamos la tecnología más avanzada y seguimos estrictos protocolos de seguridad para garantizar los mejores resultados posibles. Nuestra prioridad es tu salud visual, por lo que te acompañamos en cada paso del proceso, desde la evaluación inicial hasta la recuperación. Si deseas más información o agendar una consulta, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. ¡Te esperamos!