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La retinografía es una técnica de diagnóstico por imagen que permite capturar fotografías detalladas de la retina, la capa interior del ojo responsable de la visión. Estas imágenes ayudan a detectar de forma temprana enfermedades oculares graves como la retinopatía diabética, el glaucoma o la degeneración macular. Este examen es rápido, no invasivo y proporciona información vital para mantener una salud visual óptima.
El procedimiento utiliza una cámara especial que enfoca la retina a través de la pupila dilatada o sin dilatar. La imagen obtenida permite observar con claridad los vasos sanguíneos, el nervio óptico y la mácula. Gracias a los avances tecnológicos, los equipos modernos ofrecen imágenes de alta resolución que mejoran la precisión diagnóstica y facilitan el seguimiento de enfermedades a lo largo del tiempo.
Cualquier persona interesada en preservar su visión puede beneficiarse de una retinografía, pero es especialmente recomendable para:
Este examen ofrece múltiples ventajas, como:
La prevención es clave para mantener una buena salud ocular. La retinografía permite descubrir cambios sutiles en la retina antes de que los pacientes experimenten síntomas evidentes. Por ejemplo, es fundamental en el manejo de la retinopatía diabética, que afecta a millones de personas en todo el mundo y es una de las principales causas de ceguera evitable.
Aunque ambos procedimientos examinan la retina, la retinografía proporciona una imagen digital almacenable que puede compararse en futuras visitas, facilitando un seguimiento continuo. Por el contrario, el fondo de ojo tradicional no genera un registro visual detallado, lo que limita la capacidad de análisis longitudinal.
La decisión de dilatar la pupila depende de las necesidades específicas de cada paciente y del equipo utilizado. Los sistemas modernos permiten realizar retinografías sin dilatación, lo que evita el malestar temporal de visión borrosa. Sin embargo, en algunos casos, la dilatación mejora la calidad de las imágenes y ofrece mayor precisión.
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La retinografía es un examen que captura imágenes detalladas de la retina, la parte interna del ojo responsable de la visión. Se utiliza para diagnosticar y monitorear enfermedades oculares como la retinopatía diabética, el glaucoma y la degeneración macular. Gracias a su precisión, permite la detección temprana de problemas que podrían causar pérdida de visión.
El procedimiento es simple y no invasivo. El paciente coloca su mentón en un soporte mientras una cámara especializada enfoca el ojo para tomar una imagen de la retina. Dependiendo del equipo utilizado, puede ser necesario dilatar la pupila para obtener mejores resultados. La captura de la imagen dura solo unos segundos.
La retinografía genera imágenes digitales de la retina que pueden almacenarse y compararse a lo largo del tiempo para monitorear cambios. El fondo de ojo, aunque también permite examinar la retina, no produce un registro visual detallado para seguimiento posterior, lo que limita su utilidad para evaluar la progresión de enfermedades.
No siempre es necesario. Muchos dispositivos modernos permiten realizar retinografías sin dilatar la pupila, aunque en algunos casos específicos, la dilatación mejora la calidad de las imágenes, especialmente si el paciente tiene pupilas pequeñas o condiciones difíciles de visualizar.
No, la retinografía es completamente indolora y no invasiva. El procedimiento es rápido, y el único posible inconveniente es un breve destello de luz durante la toma de la imagen, que desaparece inmediatamente después.