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La miopía es más que un simple trastorno de la vista que nos obliga a acercarnos a los objetos o a usar gafas para ver bien de lejos.
Se trata de una condición que afecta a una gran proporción de la población mundial y que puede tener un impacto significativo en la vida cotidiana de quienes la padecen.
En algunos casos, puede ser tan leve que las personas ni siquiera se dan cuenta de que la tienen. En otros, puede ser tan grave que dificulta enormemente las actividades diarias y reduce la calidad de vida.
Hoy, abordaremos en profundidad esta condición, como también algunos de los tratamientos más comunes e información adicional de interés general. ¡Empecemos!
La miopía es una condición refractiva del ojo que hace que los objetos lejanos se vean borrosos, mientras que los cercanos se pueden ver con claridad.
Este trastorno ocurre cuando el ojo es más largo de lo normal o la córnea tiene demasiada curvatura, lo cual provoca que la luz se enfoque antes de llegar a la retina.
Este mal enfoque genera una visión distorsionada a distancia, es decir, se sufre de un ojo con miopía.
Los síntomas más comunes de la miopía son los siguientes:
Por supuesto, es importante aclarar que los síntomas de la miopía pueden variar de una persona a otra y pueden empeorar con el tiempo, en especial durante la infancia y la adolescencia, etapa donde el ojo todavía está creciendo.
Por ello, es esencial realizar exámenes oculares regulares para detectar y corregir la miopía a tiempo.
La causa de la miopía es principalmente genética. Si uno o ambos padres son miopes, las probabilidades de desarrollar miopía aumentan, por lo tanto, la miopía es hereditaria.
No obstante, factores ambientales como el trabajo de cerca prolongado y el uso excesivo de computadoras o dispositivos digitales también pueden contribuir a su aparición.
Los expertos han acuñado el término "miopía del estilo de vida" para describir este fenómeno.
Por ejemplo, leer durante largos períodos de tiempo, especialmente en condiciones de luz tenues, y pasar largas horas delante de la pantalla del ordenador o del móvil, pueden tensionar los ojos y provocar el desarrollo o la progresión de la miopía.
El tipo más común de miopía es conocido como miopía simple, y se considera de leve a moderado.
Esta clasificación se basa en la graduación o cantidad de corrección necesaria para mejorar la visión. En el caso de la miopía simple, esta graduación es inferior a 6 dioptrías.
¿Qué significa esto en términos prácticos? Básicamente que la visión de cerca suele ser clara, pero la visión de lejos es borrosa. La cantidad de borrosidad se mide en dioptrías.
Es decir, si tienes -2 dioptrías, por ejemplo, significa que puedes ver claramente hasta a un medio de un metro de distancia. Si tienes -3 dioptrías, puedes ver claramente hasta 1/3 de un metro de distancia, y así sucesivamente.
La miopía simple puede corregirse completamente con gafas o lentes de contacto.
También, es importante destacar que la progresión de la miopía simple suele ser más lenta y se estabiliza en la edad adulta temprana, a diferencia de otros tipos de miopía que pueden seguir progresando.
La miopía magna, también conocida como miopía patológica o degenerativa, es una forma severa de miopía con una graduación superior a 6 dioptrías.
Este nivel de miopía significa que la visión clara solo es posible a muy corta distancia, y las actividades diarias como conducir, ver televisión, o incluso reconocer rostros a distancia pueden ser particularmente desafiantes.
Lo que realmente distingue a la miopía magna de la miopía simple, más allá de la gravedad de la visión borrosa, es el mayor riesgo de desarrollar complicaciones oculares.
Debido al alargamiento excesivo del ojo que ocurre en la miopía magna, la retina puede estirarse y hacerse más delgada.
Esto puede conducir a una serie de problemas oculares graves, incluyendo desprendimiento de retina, degeneración macular, glaucoma y cataratas a una edad temprana.
Además, las personas con miopía magna pueden experimentar las llamadas "miodesopsias" o "moscas volantes", que son pequeñas manchas oscuras o sombras que parecen flotar en el campo de visión. Estas pueden ser particularmente notorias cuando se mira un fondo claro, como un cielo azul o una pared blanca.
Es crucial que las personas con miopía magna tengan chequeos oculares regulares para monitorizar cualquier cambio en su visión y detectar a tiempo cualquier signo de complicación.
Si bien la miopía no es curable en un sentido estricto, existen diversos tratamientos para miopía que permiten a los afectados llevar una vida normal.
Entre ellos, se incluyen el uso de gafas o lentes de contacto y procedimientos quirúrgicos como la cirugía refractiva, que puede corregir permanentemente el error refractivo. Por tanto, se puede operar la miopía.
A continuación, veremos a detalle cada uno de estos tratamientos:
Los anteojos o lentes para miopía son uno de los tratamientos más comunes y sencillos.
Estos lentes son divergentes o negativos, lo que significa que son más delgados en el centro que en los bordes.
Este tipo de lente ayuda a redirigir el enfoque de la luz en la retina, corrigiendo así la visión borrosa a distancia. Los anteojos pueden ser de uso continuo o solo para actividades que requieran visión a distancia, como conducir o ver la televisión.
Los lentes de contacto son otra opción para tratar la miopía. Al igual que los anteojos, corregirán la forma en que la luz entra en tus ojos.
Algunas personas prefieren los lentes de contacto a los anteojos, porque proporcionan un campo de visión más amplio y no se empañan o se mojan en un clima húmedo.
Existen diferentes tipos de lentes de contacto, por lo que deberás tomar la mejor decisión de la mano de un especialista.
Para aquellos que buscan una solución más permanente, la cirugía refractiva puede ser una opción.
La cirugía refractiva, que incluye procedimientos como LASIK y PRK, cambia la forma de la córnea para permitir que la luz se enfoque correctamente en la retina.
Estos procedimientos se realizan con un láser y pueden corregir la miopía de manera efectiva. Sin embargo, como con cualquier cirugía, existen ciertos riesgos, por lo que es importante discutir todas las opciones con tu oftalmólogo.
Tanto la miopía como el astigmatismo son defectos refractivos, pero afectan la visión de manera diferente. La miopía hace que los objetos lejanos se vean borrosos, mientras que el astigmatismo puede hacer que todos los objetos se vean distorsionados.
Si tienes miopía y no usas tus lentes, forzarás la vista para tratar de enfocar, generando mayores malestares como dolores de cabeza y fatiga visual.
Se utilizan lentes divergentes o negativas para corregir la miopía, pues estas permiten que la imagen se forme correctamente en la retina.
Recuerda, la miopía es una enfermedad ocular y debe ser diagnosticada y tratada por un profesional de la salud ocular.
Si tienes alguno de los síntomas mencionados, en Clínica de Ojos Futuro Visión te invitamos a reservar una Consulta de Oftalmología Integral ahora. También puedes escribirnos a nuestro chat de WhatsApp para una atención más personalizada.
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