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Miopía infantil y pantallas: Estrategias para padres en la era digital

Miopía infantil y pantallas: Estrategias para padres en la era digital

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¿Qué es la miopía infantil? La miopía infantil es uno de los problemas visuales más frecuentes en la infancia. Se trata de una condición en la que los niños ven con claridad de cerca, pero tienen dificultad para enfocar objetos lejanos. 

Aunque puede desarrollarse desde edades muy tempranas, el diagnóstico suele realizarse a partir de los tres años, cuando ya es posible hacer evaluaciones visuales más precisas.

En los últimos años, los casos de miopía infantil han aumentado de forma preocupante. Según datos citados por National Geographic, en países como España uno de cada cinco niños padece esta condición. Si no se toman medidas preventivas desde la infancia, se estima que para el año 2050 cerca del 50% de la población mundial podría ser miope. Entonces ¿cuáles serían las estrategias para prevenir la miopía infantil? En esta publicación te contamos más sobre esta enfermedad ocular. 

¿Por qué aparece la miopía infantil? ¿Influye la exposición a pantallas?

La miopía en los niños no es solo un tema genético. En los últimos años, muchos especialistas advierten que los cambios en el estilo de vida también están influyendo. Un metaanálisis que revisó 45 estudios —con más de 300 mil participantes— encontró que el riesgo de desarrollar miopía aumenta cuanto más tiempo pasa un niño frente a una pantalla cada día.

Miopía infantil y pantallas: Estrategias para padres en la era digital

Aunque no se puede establecer un porcentaje exacto, hay consenso en que el uso excesivo de celulares, tabletas o televisores es un factor de riesgo. ¿Por qué? Porque los niños cada vez enfocan más su vista de cerca y pasan menos tiempo al aire libre, lo que limita el desarrollo natural de su visión a distancia. Antes, jugar en el parque o mirar de lejos era parte de la rutina. Hoy, muchas actividades se concentran en distancias cortas, y eso puede acelerar la aparición de la miopía.

Consejos para evitar que la miopía siga avanzando

Estas recomendaciones te ayudarán:

  • Acostumbra a tu hijo a que descanse su vista luego de cada 20 minutos de estar expuesto a una visión de cerca.
  • Cuida la distancia cuando use dispositivos electrónicos.
  • Asegúrate de que tenga una buena iluminación al leer, dibujar o escribir.

¿Cuáles son los tipos de miopía infantil?

Podemos hablar de tres tipos de miopía en niños. Estas son:

1. Miopía congénita  

Este tipo de miopía aparece desde el nacimiento. No está relacionada con el uso de pantallas ni con hábitos visuales, sino con factores genéticos o situaciones durante el embarazo, como la prematuridad.

En estos casos, el bebé ya presenta un grado de miopía al nacer, que suele ser elevado, aunque no siempre progresa con el tiempo.

¿Por qué es importante detectarla temprano?

Porque puede asociarse con otras alteraciones visuales, como el ojo vago (ambliopía), que se puede prevenir si se actúa a tiempo.

¿Se puede evitar la miopía congénita?

No, porque escapa del control de los padres. Sin embargo, sí se debe tratar desde etapas muy tempranas. 

2. Miopía patológica 

Aunque tiene un componente hereditario, no necesariamente se desarrolla al nacer; sino durante la infancia. Sin embargo, a diferencia de la anterior es más progresiva y afecta la estructura del ojo.  Como consecuencia, desde niños hay una necesidad de usar lentes con graduación alta. 

¿Por qué es importante detectarla a tiempo?

Porque no sólo afecta la visión; sino que sin un tratamiento puede ocasionar otros problemas oculares con el tiempo. 

¿Se puede evitar la miopía patológica?

No siempre se puede evitar, pero sí frenar su progresión.

3. Miopía simple 

Es la más común y no se debe a factores patológicos, aunque sí puede haber factores genéticos. Generalmente, aparece por malos hábitos visuales. Por ejemplo, estar expuesto varias horas al día a las pantallas o leer muy cerca. 

¿Por qué es importante detectarla a tiempo?

Porque, aunque al inicio puede parecer leve, la miopía simple tiende a aumentar con los años si no se controla.

¿Se puede evitar la miopía simple?

En muchos casos, sí. O al menos es posible retrasar su aparición o evitar que avance rápidamente. 

Salud visual infantil ¿cómo saber que mi hijo tiene miopía?

Los niños con miopía suelen presentar algunos signos clave, que los padres e incluso los docentes pueden reconocer. 

Miopía infantil y pantallas: Estrategias para padres en la era digital

  1. Tienden a acercarse mucho para ver mejor. 
  2. Fruncen o entrecierran los ojos para tratar de enfocar.
  3. Presencia de dolor de cabeza o cansancio.
  4. Señala ver puntitos flotantes.
  5. Parpadea mucho. 
  6. Tiende a frotar sus ojos con frecuencia. 

¿Cómo se trata la miopía infantil?

En cuanto al tratamiento, va a depender del tipo de miopía. Sin embargo, los más comunes son:

  1. Lentes con medida: mejoran la visión del niño y suelen ser el primer paso.
  2. Gotas (colirio de atropina): prescritas por el oftalmólogo, ayudan a frenar la progresión de la miopía.
  3. Lentes de contacto especiales: diseñados para controlar el avance de la miopía. Pueden ser de desenfoque periférico (uso diario) o de ortoqueratología (uso nocturno).

Miopía infantil y pantallas: Estrategias para padres en la era digital

¿Es posible operar la miopía infantil?

No en la mayoría de los casos. Las cirugías como el LASIK o el implante de lentes fáquicas (ICL) están reservadas para la etapa adulta, cuando la miopía ya se ha estabilizado. No se recomienda en niños ni adolescentes.

Los chequeos regulares pueden prevenir la miopía infantil

Sí y no. Los controles visuales no previenen que aparezca la miopía, pero son fundamentales para detectarla a tiempo y evitar que avance rápidamente.

En casos como la miopía simple, un chequeo anual puede detectar los primeros cambios en la visión, incluso si el niño no se queja. Esto permite iniciar el tratamiento temprano y mejorar el pronóstico a largo plazo.

¿Cada cuánto hacer un control visual?

Depende, si el niño no ha tenido síntomas y no tiene antecedentes, una consulta una vez al año es suficiente. 

Por otro lado, cuando hay antecedentes, o sintomatología la primera consulta debería iniciar a los tres años y seguir la periodicidad según las recomendaciones del oftalmólogo pediátrico.

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