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La ciclofotocoagulación láser es un tratamiento médico que utiliza un láser de diodo para reducir la presión intraocular en pacientes con glaucoma avanzado. Esta técnica está diseñada para aquellos pacientes que no responden adecuadamente a los tratamientos tradicionales, como el uso de colirios o las cirugías filtrantes. Al tratar el cuerpo ciliar, que es el responsable de producir el humor acuoso en el ojo, la ciclofotocoagulación disminuye la producción de este fluido, reduciendo la presión intraocular.
La principal ventaja de este procedimiento es que es mínimamente invasivo y se realiza de forma ambulatoria, lo que significa que el paciente puede regresar a casa el mismo día. La ciclofotocoagulación es ideal para controlar la progresión del glaucoma, una enfermedad que, si no se trata adecuadamente, puede causar daños irreversibles al nervio óptico y llevar a la ceguera.
El glaucoma es una de las principales causas de ceguera en el mundo. Como hemos mencionado reiteradamente en nuestro blog Guía del Paciente, aunque no tiene cura, es posible controlar su progresión y prevenir mayores daños con tratamientos especializados para el glaucoma ¡Podemos Ayudarte! La ciclofotocoagulación láser transescleral ofrece una opción efectiva para quienes padecen glaucoma avanzado o terminal. Como sabemos, cuando el glaucoma alcanza una etapa avanzada, las opciones de tratamiento son limitadas, pero el objetivo sigue siendo el mismo: reducir la presión intraocular para evitar que el daño continúe.
Aunque el glaucoma no tiene cura, si se detecta a tiempo o en etapas específicas, se pueden aplicar tratamientos como la ciclofotocoagulación que permiten estabilizar la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente. Esto es crucial para evitar la progresión del daño en el nervio óptico y preservar la visión restante.
El procedimiento de ciclofotocoagulación transescleral con láser de diodo consiste en aplicar energía láser a través de la esclerótica (la capa externa blanca del ojo), directamente al cuerpo ciliar. El láser destruye selectivamente una parte del cuerpo ciliar, lo que reduce la producción de humor acuoso. Al disminuir este fluido, la presión dentro del ojo baja, lo que ayuda a prevenir el daño adicional al nervio óptico.
Este tratamiento es relativamente rápido, con una duración aproximada de 20 a 30 minutos. Durante el procedimiento, se coloca anestesia local para garantizar la comodidad del paciente. Como se trata de un tratamiento extraocular, no requiere incisiones ni puntos, lo que disminuye significativamente el riesgo de complicaciones como infecciones o inflamación. Una gran ventaja del tratamiento es su naturaleza no invasiva, que, permite evitar problemas postoperatorios graves como hemorragias intraoculares u otras complicaciones.
La ciclofotocoagulación láser ofrece diversas ventajas en comparación con la cirugía para el glaucoma de carácter tradicional. Esta puede ser una de las pocas opciones viables, ya que otros tratamientos más convencionales no siempre son efectivos en estos casos y al ser un procedimiento que no requiere cortes ni incisiones, los riesgos de infección, inflamación o hemorragia prácticamente son nulos o se reducen considerablemente. Además, es un tratamiento ambulatorio, lo que significa que el paciente puede volver a casa el mismo día, retomar sus actividades siguiendo las indicaciones dadas por nuestro especialista en glaucoma.
El principal grupo de candidatos para la ciclofotocoagulación son aquellos pacientes con glaucoma avanzado o refractario, es decir, aquellos en los que otros tratamientos no han logrado controlar la presión intraocular de manera efectiva. Es común que estos pacientes hayan probado colirios, cirugías como la trabeculectomía o el implante de válvulas para el glaucoma y no hayan obtenido los resultados deseados.
También se recomienda para pacientes que no son buenos candidatos para cirugías invasivas debido a su estado de salud general o a las complicaciones que estas pueden implicar. La ciclofotocoagulación es, por lo tanto, una opción más segura para personas mayores o con otras condiciones médicas que podrían aumentar el riesgo en una cirugía tradicional.
Después de la ciclofotocoagulación, los cuidados postoperatorios son relativamente simples en comparación con otros procedimientos quirúrgicos. El paciente debe evitar cualquier esfuerzo físico intenso durante las primeras semanas y seguir las indicaciones de nuestro especialista en glaucoma para prevenir cualquier tipo de inflamación.
Los riesgos de complicaciones son mínimos, ya que el procedimiento es extraocular y no involucra incisiones. Sin embargo, como cualquier tratamiento, existen algunos riesgos, como una disminución excesiva de la presión intraocular, que podría resultar en un ojo hipotónico, o una inflamación prolongada. Es por esto que se recomienda realizar revisiones periódicas con nuestro glaucomatólogo para asegurar que el tratamiento ha sido exitoso y no ha habido complicaciones.
Aunque la ciclofotocoagulación transescleral es un tratamiento efectivo en etapas avanzadas del glaucoma, es fundamental recordar la importancia de la detección temprana de esta enfermedad. El glaucoma suele desarrollarse lentamente y no presenta síntomas en sus primeras etapas, lo que significa que muchas personas no son conscientes de que lo padecen hasta que han perdido una parte considerable de su visión.
Realizarse chequeos oftalmológicos regulares, especialmente después de los 40 años o si se tienes historial familiar de glaucoma, es crucial para diagnosticar la enfermedad a tiempo. Cuanto antes se detecte el glaucoma, más opciones de tratamiento habrá para controlar la presión intraocular y evitar la progresión del daño al nervio óptico. No te quedes con las dudas y cuida tu salud visual visitando nuestro centro especializado en glaucoma en lima hoy, estaremos gustosos de atenderte. ¡Te esperamos!
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